Todo caduca: el investigador del CiQUS que recrea obras de arte para estudiar su envejecimiento
15 de julio de 2024

Massimo Lazzari, investigador del CiQUS, que pertenece a la Red CIGUS, una iniciativa promovida por la Xunta de Galicia que aglutina los centros del sistema que han acreditado su excelencia científica, combina su conocimiento en la materia de pérdida de obras de arte con su trabajo científico. Ayuda a los restauradores a localizar posibles problemáticas que, si bien no son visibles ahora, podrían dañar las obras en el futuro.
“Como no podemos esperar 50 años y ver de qué modo envejece la obra día a día, lo que hacemos es crear una réplica y someterla a unas condiciones determinadas que simulen de una manera acelerada lo que pasaría con el tiempo para ver si hay algún material crítico que pueda causar daños”, explica el investigador del CiQUS.
Para hacer las réplicas los investigadores suelen hablar con el propio artista o con el restaurador que esté trabajando en esa colección: “Identificamos los materiales empleados en las obras, lo cual es relativamente sencillo al tratarse de una práctica cotidiana en la química analítica”, dice Lazzari. Según el científico, las causas que más pueden degradar las pinturas suelen ser la temperatura y la luz, además del oxígeno. Es por eso por lo que durante cuatro o seis meses y, con la ayuda de su grupo, expone las réplicas a estos agentes externos de una manera “acelerada”, y después concluyen si el material envejece en unas buenas condiciones o si, por lo contrario, puede ser un elemento problemático para la obra en el futuro.
Lazzari acaba de publicar un artículo en la revista académica Polymers donde analiza el envejecimiento del Poliacetato de Vinilo, es decir, la cola blanca de toda la vida que se puede encontrar en cualquier tienda: “Básicamente el problema del arte contemporánea es que muchos de los materiales que se emplean no están pensados para usos artísticos, sino que fueron ideados con una intención más industrial”, comenta el científico. En el estudio, Lazzari analizó dos obras de una colección del CGAC: Palette, hecha por Tony Cragg en el 1986, y #Terra, ladrillo y agua I, II y IV, una creación del año 2001 perteneciente al autor Darío Villalba. Los resultados mostraron que el envejecimiento de la cola blanca comercial (PVAC) empleada en las obras es bueno. Sin embargo, el estudio explica que el aumento de la dureza de la cola seca sí causa problemas de plasticidad que afectarían a la conservación “a menos que se apliquen medidas preventivas urgentes”.
El principal campo de estudio de Lazzari no es el arte ni el patrimonio artístico: en el CiQUS, el grupo de este doctor en Química se dedica a la ciencia de materiales y, en concreto, a la creación de materiales en la nanoescala. ¿Cómo acabó, entonces, estudiando obras de arte? Mitad diversión, mitad compromiso: “A veces los campos en los cuales trabajamos pueden parecer muy áridos, pero el arte es algo que ves, que puedes experimentar”, dice el científico. Según cuenta, comenzó a colaborar hace casi dos décadas con la restauradora del CGAC (Centro Gallego de Arte Contemporáneo) Thais López Morán, que también es coautora del artículo publicado en Polymers. No recuerda exactamente quién llamó a quién, pero hasta ahora ya llevan diez obras analizadas. Para Lazzari no solo se trata de tener la oportunidad de explorar otros campos, “lo cual siempre es divertido”: también está ayudando a proteger el patrimonio artístico gallego: “Cuando encontramos una problemática con un material siempre intentamos transmitírselo al artista y a los restauradores, y ver que se puede hacer para evitarlo”, explica.